De la manga de bandas respetables que desde siempre han existido en Holanda, con seguridad Sinister es una de aquellas que siempre ha gozado de un status y una reputación reconocida por su extrema brutalidad y apego sostenido a los sonidos clásicos de un género que en los 90s ellos ayudaron a consolidar en el Viejo Continente. Junto a otros de sus compatriotas como Pestilence o Gorefest y varios otros nombres que por ahí se me van de la retina al momento de escribir estas líneas, ellos siempre estuvieron ahí para ir moldeando el sonido y estampa de un género con la misma fuerza de antaño sigue golpeando con una brutalidad inmisericorde. En este caso, Sinister lleva tan solo dos años desde la salida de su anterior “The Carnage Ending”, y para sorpresa de muchos que conocen los constantes cambios que la banda ha sufrido desde sus inicios a la fecha, el line up es básicamente el mismo que grabó aquella producción (Adrie Kloosterwaard en vocales, Dennis Hartog y Bas Brussaard en guitarras, más la base rítmica conformada por Mathijs Brussaard al bajo y Toep Duin tras los parches).

 

Si ya conoces el estilo de Sinister, no creo que algún fanático de la banda espere demasiados cambios ni grandes innovaciones en el sonido, de seguro por lo mucho que cambiaría este si pusieran a realizar experimentos en su base. Por lo mismo que Adrie y compañía han mantenido la tónica de un metal de tintes putrefactos y extremos casi en la misma línea que cualquiera de sus intentos previos, una producción eso sí mucho más cuidada y al día si se compara con sus noventeras entregas, pero sin perder el horizonte de lo que sus fans esperan de ellos. Así que sin más preábulos desde el inicial “The Science of Prophecy” con esos guturales blasfemos por parte de Kloosterwaard, esos viciosos riffs a cargo de la dupla Hartog- Brussard y los apurados blast beats de la máquina Duin, todo va en pos de seguir con ese irrefrenable trademark al cual nos tienen acostumbrados estos holandeses. El oscurazo “The Macabre God” sigue esa misma senda con un aire a lo Cannibal Corpse (el riff inicial me recuerda muchísimo al “Staring Through the Eyes of the Dead” al menos en sus primeros acordes), mientras que “The Sculpture of Insanity” sigue el camino de un death metal más clásico con un Adrie cantando como desquiciado en un tema extremo y de mucho vértigo guitarrero. El uptempo “The End of All that Conquers” presenta un riff central muy cabezón acompañado de una doble bombo que te pasa la motosierra por encima. 

 

El trabajo en sí es de aquellos en que reconocerás de inmediato la trayectoria de esta gente, pero lo mejor es que no es un simple álbum más ni mucho menos puro relleno, sino una continuación torturante a lo que ya todos pueden esperar de una banda de esta envergadura, y si aún tienes dudas mejor oye por ti mismo los inclementes “The Post-Apocalyptic Servant”, “The Art of Skin Decoration” o ese moshero “The Saviour”, uno de los riffs más gigantescos que hallarás en la placa por cierto. Tampoco nos olvidemos de los covers que a modo de bonus han agregado en un segundo disco, destacando el “Fall From Grace” de Morbid Angel que apareciera allá por 1991 en su clásico “Blessed are the Stick”  o el demoníaco “Deadly Inner Sense” de Paradise Lost en una versión muy bien interpretada y ajustada al original sobre todo en ambientación. Más info y detalles sobre este lanzamiento en http://www.sinister-hailthebeast.com/ y en https://www.facebook.com/pages/Sinister-Official/255145351172432.

 

De la manga de bandas respetables que desde siempre han existido en Holanda, con seguridad Sinister es una de aquellas que siempre ha gozado de un status y una reputación reconocida por su extrema brutalidad y apego sostenido a los sonidos clásicos de un género que en los 90s ellos ayudaron a consolidar en el Viejo Continente. Junto a otros de sus compatriotas como Pestilence o Gorefest y varios otros nombres que por ahí se me van de la retina al momento de escribir estas líneas, ellos siempre estuvieron ahí para ir moldeando el sonido y estampa de un género con la misma fuerza de antaño sigue golpeando con una brutalidad inmisericorde. En este caso, Sinister lleva tan solo dos años desde la salida de su anterior “The Carnage Ending”, y para sorpresa de muchos que conocen los constantes cambios que la banda ha sufrido desde sus inicios a la fecha, el line up es básicamente el mismo que grabó aquella producción (Adrie Kloosterwaard en vocales, Dennis Hartog y Bas Brussaard en guitarras, más la base rítmica conformada por Mathijs Brussaard al bajo y Toep Duin tras los parches).

 

Si ya conoces el estilo de Sinister, no creo que algún fanático de la banda espere demasiados cambios ni grandes innovaciones en el sonido, de seguro por lo mucho que cambiaría este si pusieran a realizar experimentos en su base. Por lo mismo que Adrie y compañía han mantenido la tónica de un metal de tintes putrefactos y extremos casi en la misma línea que cualquiera de sus intentos previos, una producción eso sí mucho más cuidada y al día si se compara con sus noventeras entregas, pero sin perder el horizonte de lo que sus fans esperan de ellos. Así que sin más preábulos desde el inicial “The Science of Prophecy” con esos guturales blasfemos por parte de Kloosterwaard, esos viciosos riffs a cargo de la dupla Hartog- Brussard y los apurados blast beats de la máquina Duin, todo va en pos de seguir con ese irrefrenable trademark al cual nos tienen acostumbrados estos holandeses. El oscurazo “The Macabre God” sigue esa misma senda con un aire a lo Cannibal Corpse (el riff inicial me recuerda muchísimo al “Staring Through the Eyes of the Dead” al menos en sus primeros acordes), mientras que “The Sculpture of Insanity” sigue el camino de un death metal más clásico con un Adrie cantando como desquiciado en un tema extremo y de mucho vértigo guitarrero. El uptempo “The End of All that Conquers” presenta un riff central muy cabezón acompañado de una doble bombo que te pasa la motosierra por encima. El trabajo en sí es de aquellos en que reconocerás de inmediato la trayectoria de esta gente, pero lo mejor es que no es un simple álbum más ni mucho menos puro relleno, sino una continuación torturante a lo que ya todos pueden esperar de una banda de esta envergadura, y si aún tienes dudas mejor oye por ti mismo los inclementes “The Post-Apocalyptic Servant”, “The Art of Skin Decoration” o ese moshero “The Saviour”, uno de los riffs más gigantescos que hallarás en la placa por cierto. Tampoco nos olvidemos de los covers que a modo de bonus han agregado en un segundo disco, destacando el “Fall From Grace” de Morbid Angel que apareciera allá por 1991 en su clásico “Blessed are the Stick”  o el demoníaco “Deadly Inner Sense” de Paradise Lost en una versión muy bien interpretada y ajustada al original sobre todo en ambientación. Más info y detalles sobre este lanzamiento en http://www.sinister-hailthebeast.com/ y en https://www.facebook.com/pages/Sinister-Official/255145351172432.