El álbum homónimo de ON THORNS I LAY, primero lanzado bajo el sello Season of Mist, marca un retorno impecable de esta legendaria banda de death-doom griega. Con riffs contundentes, aullidos de terror ensordecedores y pasajes melódicos fúnebres, y una formación renovada, hacen que este décimo trabajo de la banda esté destinado a aplastar tu espíritu.
On Thorns I Lay es una gran banda griega que surgió en la escena underground a principios de los años 90, junto con bandas como Nightfall, Septicflesh y Rotting Christ. Sin embargo, a diferencia de esas bandas, que se inclinaban más hacia el metal sinfónico y el black metal, los atenienses desarrollaron un gusto por lo gótico, tomando su nombre de un soneto de Shakespeare, y dejándonos una serie de discos muy dignos, lo que les ha dado un respetable status dentro de la escena death/doom/gothic.
En “On Thorns I Lay”, la banda ha experimentado un cambio significativo con la incorporación de Peter «Invoker» Miliadis como nuevo vocalista, reemplazando a su vocalista de toda la vida Stefanos Kintzoglou. Además de Peter, han habido otros cambios que han dado paso a la entrada de Nikolas Paraskevopoulos en guitarras y Kostas Mexis al bajo. Estos cambios han dado otro carácter al sonido de On Thorns I Lay. Sobre todo, le han dado más profundidad con respecto a su anterior trabajo “Threnos”. Este álbum es algo más abierto, con presencia de otros sonidos y ritmos, es algo más death, pero con más melodía, como por ejemplo en “Newborn Skies”, pero sin perder la esencia de la banda, esa pesadez que les caracteriza, y esa vena gótica que es también parte de la esencia e influencias de On Thorns I Lay.
De hecho, en canciones como “Among The Wolves” es donde se aprecian estas influencias de grandes como My Dying Bride, en una canción con diferentes cambios de atmósfera y ritmos, muy intensa y profunda. Para mi de las mejores del álbum, junto con «Thorns of Fire«, que cierra el disco, y que creo que es la mejor muestra de lo que la banda presenta en “On Thorns I Lay”. Su versatilidad al explorar diversas atmósferas, desde los tonos oscuros hasta pasajes melódicos y grandes solos, y donde podemos escuchar otros nuevos instrumentos como Duduk armenio, o el Bysantine. Y es que en este álbum, además de otros instrumentos ya característicos en el sonido de los griegos, como la viola, violín y piano, incorporan guitarra acústica de 12 cuerdas, que toca el propio Christos Dragamestianos, y los mencionados Duduk y Bysantine.
«On Thorns I Lay» marca el décimo álbum de la banda griega y muestra un claro crecimiento en su sonido. A lo largo de sus seis canciones, la banda logra combinar la tristeza y la furia, creando una obra que responde a sus raíces y también establece una identidad propia en la escena del doom/death. Gran trabajo que recomiendo.
Brujo
