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Review: ÀNTEROS - 'y en paz la oscuridad' (Aloud Music, 2020)

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Habían ganas de tener cositas nuevas de Ànteros tras aquél ‘Cuerpos Celestes’ que nos dejó tan buen sabor de boca (aunque tuviéramos “Coventa” por medio). Durante este tiempo, la banda ha estado en varios festivales punteros de España y en gira por Europa donde poco a poco irán haciéndose un hueco pero bueno, vamos a lo que nos viene.

Este ‘… y en paz la oscuridad’ es en líneas generales una maravilla. Ese paso adelante al lado más hardcore y screamo de la banda hace que, junto a una producción algo más pulida que en su anterior trabajo, hace que tengamos auténticas joyas de temas como “Solo mar, solo tierra”, “Cenizas” y la matrícula de honor “Ultravioleta”.

Partiendo de una intro como “Legado” sin mucho más que principalmente una línea de guitarra limpia, nos da paso a una ostia en la cara con “Espectros”. La primera pista que nos dejaron para saber por dónde podrían ir los tiros en este trabajo. Es quizás, la canción más promocional que pueda tener el disco, aunque no contiene muchas de las cosas que tendremos en todo el largo. Por ejemplo, le sigue “Cenizas” siendo para mí, la perfecta para single. Entra con la introducción tranquila que casi nunca tuvimos en el primer trabajo (siempre entraban a machete) y que da paso un tema que hay que escuchar varias veces para darte cuenta de lo grande que es. Al igual que este ‘… y en paz la oscuridad’, el cuál necesita varias escuchas para disfrutarlo como se debe. Con “Cenizas” nos plantamos en mitad canción con las voces de Endika y Rubén haciendo en ese “vuelca el fuego contra el planeta entero” que desde la primera escucha ya se te va a quedar clavado en la cabeza y hasta incluso lo cantes a la segunda. Esta canción tiene que estar en cada concierto.

Pasamos a una de mis favoritas. “Solo mar, solo tierra”. Quizás sea la más rockera en lo que se refiere a la guitarra de Víctor. Desde el primer segundo en el que Endika suelta que le gusta nadar, la canción se vuelve totalmente un cañón durante gran parte del tema hasta que, en un último minuto, todo se torna en un juego de guitarras suaves con Óscar y Mau sosteniendo esa especie de jam. Personalmente, es una de mis favoritas porque aquí es uno de los máximos ejemplos donde la banda ha arriesgado a temas menos directos y más complejos, subiendo el peldaño de ser agresivos, pero sin olvidarse del lado más chill de su música. No todo van a ser gritos en la casa de Ànteros.

El álbum continua con varios misiles como “Sombras” y “Escorpión”, siendo algo más continuistas a lo que ya hemos escucho en el redondo pero en la recta final nos vuelven a dar otra ostia en forma de interludio con la guitarra acústica de fondo y a modo de matiz de psicodelia para dar aún si cabe, más color al conjunto de ‘… y en paz la oscuridad’. Empieza a sonar Víctor a la guitarra y de fondo se escucha una flauta. Llegamos a “Ultravioleta”. Como los discos se escuchan de principio a final y no por singles y en modo aleatorio, este tema es la gran recompensa a todas las personas que escuchamos los discos como si de ver una película se tratase: de principio a final como mandan los cánones.

La gran maravilla que es “Ultravioleta” podría ser la canción, junto a la pasada “Polaris” de lo que es Ànteros. Delicadeza, rabia, protagonismo de todos los miembros a partes iguales y hasta un solo por ahí al final del tema incluso con guiño a Guns’N’Roses (me lo tuvo que chivar Mau). Volviendo a escuchar el disco, es verdad que “Ultravioleta” sea muy diferente al resto de canciones, quitando intro e interludio, pero aun así, entra perfectamente en todo el conglomerado que es ‘… y en paz la oscuridad’. Lo que decía antes, se trata de meter colores al conjunto. Si quieres un disco de hardcore que tenga su parte screamo, su parte exacta de post, hasta flautas, guitarras acústicas y dualidad perfecta de voces… lo nuevo de Ànteros te va a encantar.