EL DROGAS, "en el país de las maravillas" (01.12.2017 Sala Capitol - Santiago)
EL DROGAS, EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS
¿Por qué llorar en silencio o vivir de rodillas?, escondidos como ratas, trabajando entre rendijas, solo oyes palabras duras, un dos un dos tres va …. Así comenzaba Enrique Villareal “el Drogas” su concierto en Santiago D.C., con lo que nos invitaba a subir a “La silla eléctrica”, primero de los temas de la noche, el cual nos iba a llevar por un mundo de sueños, pesadillas y realidad, dura y asquerosa realidad que sigue de actualidad.
El Drogas salía a escena con chistera y chaqueta, al puro estilo dandi ingles del siglo XVIII, y con lo que trataba de ocultar su parte más pirata. Claro nos dejaba desde el inicio que la evolución y adaptación del espectáculo de este genial pamplonés a los nuevos tiempos, es de las más brillantes del panorama estatal. Creando una singular atmósfera, fue desgranando toda una carrera llena de éxitos, donde no fallaron clásicos de antaño, ni nuevos himnos llenos de rabia.
Para el recuerdo “No hay tregua”, “En blanco y negro”, “Barrio conflictivo”, “No sé qué hacer contigo”, etc. … del presente “Peineta y mantilla” (para sacarle los colores a alguna), “Debajo de aquel árbol”, que da muy buen rollo en directo, etc. … y una parada en el camino para el recuerdo de Manolo Tena con la interpretación de su tema “Frío”.
Tampoco quiso dejar de lado su etapa de Txarrena, “Ya no anochece igual” y “Azulejo frio” los temas más coreados de esa época de tránsito entre Barricada y su actual espectáculo.
Para no ser injustos con la realidad no podríamos pasar por alto y ensalzar al resto de la banda que acompaña al Drogas. Eugenio Aristu al bajo, Brigi Duque a la batería y Txus Maraví a la guitarra, son tres músicos excepcionales que se mimetizan dentro del espectáculo y que dan calor a un Drogas al que se le nota estar muy a gusto con ellos tres sobre el escenario.
Para finalizar la velada y como colofón “Otros tragos” con el cual acabaron saliendo, bombo en mano, entre el público hasta la puerta del local, para delirio de los allí congregados.
Sin duda, el Drogas, aparte de ser un referente del rock estatal, es un showman que devora el escenario con su sola presencia. Un tipo que se hace querer y al que su público más fiel adora con auténtica devoción.
Si se cruzan en su camino, no lo dude, súbase al tren de El Drogas y disfrute, el los llevara al país de las maravillas, y antes de bajar, les recordara que hay “Demasiado tonto en la corteza”.
Texto y fotos: Santiago Carollo