Crónica AZKENA ROCK FESTIVAL 2012 (Impresión general)
Si algo te deja claro un festival como Azkena Rock, tras visitar durante tres días sus instalaciones es a la postre una nueva invitación escrita en su clima y en su ambiente. Son obvias las ganas que te quedan tras esta, de que vuelvas a disfrutar de su próxima edición, disfrutar del rock galopante, de hard rock clásico, de sonidos doom y stoner, de momentos sureños, country, folk, soul y rithm and blues y de ese espíritu investigador que tú mismo trasladas en busca de nuevas propuestas, aunque también es de destacar el disfrute del contacto real con viejas glorias no visionadas hasta entonces.
Cada persona acude a un lugar como Mendizabala a por una vivencia que contar posteriormente y una experiencia que sentir en solitario o compartiéndola, porque allí, existe un ambientazo que respira magia, por eso es difícil que lo hagas en solitario aunque con esa finalidad te desplaces. La gente del norte procura no perderse un festival bien condimentado musicalmente, si cabe en esta edición más que nunca, pero la tentación para otros lugares de España hace que muchas otras personas de otros puntos más distantes se desplacen hasta Vitoria, consiguiendo que en su decimoprimera edición más de 40.000 personas hayan disfrutado de tres jornadas bien ilustradas, con una amable temperatura cambiante pero siempre amable y un nítido sonido en sus tres escenarios dedicados a tres importantes pérdidas para la música en el último año, el escenario principal se llamaba Levon Helm (The Band), el escenario 2 Adam Yauch (Beastie Boys) y el 3 lo llamaron Robin Gibb (Bee Gees), como tributo a cada uno de ellos.
Mi enhorabuena a la organización por su variable apuesta y la gente que por allí estuvieron por hacer un poco más grande el rock, algo de lo que todos salimos un poco más reforzados dados los tiempos jodidos que corren.
Texto y foto ambiente: Raúl García
