Kory Clarke quería ser el Iggy Pop de los 90. A través de su banda, el nativo de Detroit construyó su propio estilo sobre el legado de los Stooges y MC5 y su activismo político y tendencias artísticas, le dio un giro a la década, y trató de impartir su doctrina a una "Generación X" que nunca le escuchó. La banda adoptó sus improperios políticos y su despotricar insurrecto, y a través de ella atacó como poeta rebelde contra todo lo establecido, con un sonido de hard-rock-metálico como vehículo de agresiva propagación.