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Crónica: XX SWR BARROSELAS METALFEST, Portugal. Día 3 (30/04/17)

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DÍA 3, DOMINGO 30 ABRIL

De primeras para abrir la última jornada los gallegos BULTO, unos personajes muy singulares, que cantando en castellano son capaces de dejar boquiabiertos a los que formen parte de sus presentaciones. Se llaman Chicho, Charli y Martiño, y su conjunción hardcore con toques de funky no se cómo terminaría de caer al escaso público que estaba viéndolos a esas horas pero a mí me parecieron muy divertidos, también sus atuendos, en los que incluyen ropa deportiva, algo que llama la atención. En el tramo final de su show, apareció en mitad de la desolada pista un tipo más peculiar aún, que les robó el protagonismo, o más bien lo compartió, iba vestido de arriba abajo con tiras de lo que parecía ser mimbre, portando una manzana en la mano que termino soltando sobre el escenario, mientras se quedaba levitando sobre un pie como si de una concentración espiritual se tratara. Creo que hasta la banda quedó impactada con esta situación.

Los portugueses STONED DEAD a continuación sorprendían por ser el grupo que musicalmente más alejado estaba del resto de la programación, pero no por ello dejó de ser un concierto interesante. Rock que enganchaba al contoneo de caderas con toques envueltos en melodías pop fueron generando expectación por lo a gusto que se les veía tocar, y por servir para ir caldeando el patio, literalmente hablando, puesto que estábamos aún situados en la zona exterior.

Desde Suecia el trío WARFECT me hacían recordar la esencia thrash metal de los mejores tiempos, aquellos en los que Kreator y Slayer enarbolaban sus primeras cotas de popularidad. Ahora en los tiempos que corren, todo está creado y generar esas sensaciones es interesante como primera toma de contacto. Venían presentando su tercer trabajo, publicado a primeros de año, y con muchas ganas de despuntar sobre el escenario. Demostrado quedó con sus intensos solos de guitarra y correteos varios sobre el escenario, a medida que ponían al público en el camino hacia la cruda dureza que poco a poco iba aumentando su velocidad y descaro.

Y entonces llegaban los madrileños AVULSED con toda su veteranía. Ellos fueron participes de la ya lejana primera y entonces minúscula edición de Barroselas. Tuvieron que acortar su show, y de hecho su cantante, Dave Rotten lo comunicó en perfecto español para quienes habían viajado desde España. Tocaba ir rapidito, decía, enlazando acertadamente los temas para que no dejara de parar el frenesí. La inercia le llevó a cantar entre el público manejando las masas a placer. Los temas como de costumbre fueron un rompecuellos para quienes sabían a lo que se enfrentaban. Para quienes fuera la primera vez que los veían, como llegué a escuchar a algún portugués, quedaron prendados de tenerlos a la vista. La veteranía no siempre va a la par con ser reconocido por todas las gentes del ancho mundo, aunque del underground más popular se tratara. Siempre que se suma se consigue un logro, y aquí hicieron unos cuantos. Tocar por tocar no va con ellos. Demostrado quedó. Una vez más un concierto de carácter.

Otra de las bandas que me parecieron sorprendentes fueron los suecos GUST, con un toque crust y una combinación de sonidos que hacían de las distorsiones una manera abstracta de comunicar el arte. Continuos cambios de ritmo, con elegancia y aceleración, entre melodías y situaciones de caos. La penumbra en el escenario era su aliado para llegar a la gente de una manera más sombría, Sensacionales los sonidos que salían de sus instrumentos, hasta el punto de rozar la elegancia.

NADER SADEK nos llevó a otra dimensión con su combinado espectáculo convirtiendo el escenario en un bosque lleno de niebla que te metía de lleno en sus historias, a las que no podías dejar de prestar atención. Éste maestro de la estética, capaz de crear el sólo todo el concepto y grabar todas las partes instrumentales, así como voces en estudio, es capaz de ponerlo luego todo ello sobre un escenario compartiendo su creación con otros músicos. Concepto muy visual, incluso cada una de las notas dejaba entrever distintas tonalidades del negro ¿esto es posible? No hay que dudarlo, sino comprobarlo. El magnetismo de su música enfocada sobre su personaje mientras cantaba será difícil de olvidar.

CORPUS CHRISTII utilizaron su esperado lenguaje directo, sucio y de corte musical arcaico, teniendo la palabra de Satán por bandera. La formación portuguesa utilizó los conceptos más genéricos del black metal para tintar el ambiente con cierta asfixia. Una contundente brutalidad con pinturas sobre el rostro. Un ejercicio de decadencia que saben apreciar quienes gustan de meterse en la capsula del tiempo para encontrar en la escena otros estandartes del mal. Todo ello tuvo su punto, oiga. Y no queríamos perdérnoslo. Para eso nos desplazamos hasta allí.

AKERCOCKE regresaban de nuevo a este querido festival con su magno sonido basado en un death metal progresivo, lleno de estructuras técnicas. Pero la vuelta a Barroselas por parte de estos londinenses era más especial si cabe, porque también significaba poder verles de nuevo en activo después de haber parado su actividad durante unos años, y además venían presentando nuevo trabajo, “Renaissance in Extremis”, una década después de su última producción y dos desde que se formó la banda con Jason Mendoça al frente de la voz y guitarra. En escena fueron rotundos, sin entrar en valoraciones sobre su mensaje anticristiano, pues aquí era seguro que no iban a tener opositores sobre el tema. Todo lo contrario. Fue de esos conciertos que disfrutas doblemente, por el contraste instrumental que general y por estar recuperando el tiempo no empleado sobre ellos por su prolongada falta de actividad.

La escena sueca este año estaba muy presente con distintas escuderías incorporadas al cartel. La de THE ARSON PROJECT suponía una singular expectación para mi, al no haber tenido antes la ocasión de verles en directo, dándome la oportunidad de conocerles con su disco debut “Disgust”, aunque con anterioridad habían publicado un ep y un split. Y tal como incluye su repertorio, su música es un coctel que combina grindcore, hardcore y punk. Frenesí mastodóntico por parte de su cantante, que pareciera fuera a explotar en cualquier momento.

MAYHEM venían haciendo “De Mysteriis Dom Sathanas” integro, disco debut editado en 1994 y que está siendo paseado por múltiples festivales europeos, así que, no podían ser menos eso de poder tenerlos presentes con tan suculento show en Barroselas. Lo de reinventarse es una necesidad, aunque sea tirando del carro aparcado. No hay nada en contra que objetar a este espectáculo en donde entre tanta oscuridad la performance inicial de Attila Csihar va tomando forma sin dejar de perseguirle un solo instante con la mirada. Las secuencias endiabladas y tenebrosas están presentes en todo momentos mientras despellejan uno a uno los temas de éste álbum. Las secuencias de dramatismo y esoterismo van dándose según se les observa a ellos entre sus túnicas escondiendo sus rostros, sobre todo cuando tiene lugar la escena del altar con cálidas velas que iluminan esa parte romántica del sermón que todo el mundo estaba esperando, con esta especie de misa negra en sociedad.

LICH KING montaron un buen pollo. No dejaron de provocar pogos entre el público. Su cantante era como un espíritu errante de la escena thrash metal de la vieja escuela, con cierta ambigüedad hacia el hardcore neoyorkino (aunque ellos son de Massachusetts), jugando con su cruce de piernas de boxeador, recordando ligeramente a un Mike Muir de los Suicidal, aunque musicalmente iban más tras los rasgos de unos S.O.D. o Exodus. Uno de sus guitarristas intentó evitar que subiera un muchacho al escenario intentando frenarlo con el brazo mientras se encontraba de pleno dedicado a los sonidos de su guitarra, pero el joven zagal termino escabulléndose entre los cables de su guitarra sin provocar ningún inconveniente al regresar enseguida al público. Finalmente optarían por permitir una invasión de escenario al estilo Suicidal Tendencies. No pasaron inadvertidos estos chalados que llevan por bandera la diversión contemporánea, es más, yo diría que se les reclamaba que siguieran tocando más tiempo.

Para cerrar el escenario Warriors Abyss, una peculiar actuación, la de la Banda Nova de Barroselas bajo el nombre de STEEL HARMONICS, que con algunos clásicos del metal adaptados de forma orquestada con decenas de músicos y director al frente, seducirían al numeroso público presente, que no se movería de allí hasta que terminaran. Público que en todo momento coreó, vitoreó y aplaudió cada una de las adaptaciones de la filarmónica, hasta el punto de conseguir  que hacia el final “Fear Of The Dark” de Iron Maiden fuera tocado de nuevo. Incluyo alguien tuvo el atrevimiento de subir al escenario para hacer mosh sobre el público. Ingenio no les faltó a los promotores de esta edición de vigésimo aniversario, que despediría con THE FIRE MARCH y VAI-TE FODER, y ganas de saber ya cómo pintará la edición del próximo año.

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